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30 de noviembre de 2005
Respuesta a una respuesta
Imperator es uno de mis lectores; seguramente, además, uno de mis lectores más alejados de mis posiciones y mis creencias. Y ha decidido comentar en su blog mi post "Niños que mueren de hambre".
Imperator es materialista. Cree firmemente que somos un mero producto del azar, que las grandes palabras (amor, fe, lealtad) son sólo productos de nuestras circunstancias psicofísicas. Y además, cree que sostener una creencia en algo trascendente es irracional (bueno, él emplea otros adjetivos algo más... explícitos). Lo entiendo. El materialismo es una actitud plenamente racional y lógica; en sí misma, es totalmente infalsable (no es ironía, de verdad. Creo en serio que lo es. Igual que lo es el solipsismo).
Partiendo de aquí, es normal que la comprensión mutua falle. Tenemos pilares distintos. Por eso Imperator dice cosas como que los sacerdotes son una "clase social no productiva". Reconozco que catalogar a las clases sociales en función de su productividad no es algo que me vaya demasiado. Aunque entiendo que puede ser coherente con cierto materialismo, que discutirá también la productividad de clases sociales como los poetas o los músicos. Y bien mirado, reconozco que tampoco me va mucho hablar aún hoy en día en términos de "clases sociales", pero bueno.
Sí concuerdo, sin embargo, con otras cosas que dice. Que los niños mueren de hambre por nuestros lujos, por ejemplo. Muy cierto. Y que la FAO lleva diciéndolo mucho tiempo. Reconozco que mi frase a este respecto fue errónea e injusta, y pido disculpas por ella.
Por lo que no puedo disculparme es por no estar de acuerdo con que "A lo largo d ela historia la Iglesia ha sido una enorme fuerza por la miseria, la degradación y el sufrimiento en el mundo". Otros tampoco lo están, claro: me remito, por poner un ejemplo sobre el periodo paradigmático de la Edad Media, a LeGoff, famoso medievalista y no creyente, pero que en el artículo que traje hace unas semanas, reconoce cosas como que "Europa debe su cultura a la Iglesia" (y acto seguido, "¡Pero no es necesario ser un ferviente creyente para hablar bien de la Iglesia!").
Imperator, después, entiende que cuando el evangelista menciona "mis pequeños", está hablando de "niños de su pueblo". Puede que aquí haya simplemente un problema de traducción. Otras versiones dicen "lo que hacéis al menor de mis hermanos", "a uno de mis pequeños", "a uno de estos hermanos míos más pequeños"... Entiendo que puede ser cosa de interpretación, pero yo, personalmente, no creo que aquí Jesús se está refiriendo en concreto a niños. Así que no voy a defender algo que no creo.
Pero Imperator se pregunta qué es lo que creo, a raíz de mi frase sobre el hecho de que se nos anime a hacer el bien. Bueno, esto sí lo creo: prefiero hablar con alguien que me ofrezca buenos ejemplos, que no hacerlo con quien me anime a causar daño a otros. Y también otra cosa creo: que soy débil, y muchas veces actúo egoístamente, y que luego me arrepiento. Y que agradezco que alguien me lo recuerde.
No creo que la moral precise directamente de una religión: el Espíritu es más grande que cualquier Iglesia, y el Diablo penetra en cualquier tipo de persona. Sí creo, no obstante, que ayuda tener una guía de moral más que fiarse a una moral autónoma (pero esto tendría mucha enjundia, y será mejor dejarlo para mejor ocasión).
Por último, en lo referente a mi propia guía de moral, reconozco que en los sermones que he escuchado en mis últimas eucaristías, he escuchado varias veces este último año cómo nos animaban a, por ejemplo, acoger a los inmigrantes; y no recuerdo haber oído en un solo sermón que nos hablaran de con quién follar. No sé cómo será el párroco de Imperator, claro; pero quizás a su Biblia le falten unas cuantas páginas, como la de las Bienaventuranzas, por un poner.
En resumen, y en lo que temo será una última decepción: sí, creo en la Iglesia. Y creo que la Iglesia es la mayor institución de la historia dedicada a hacer el Bien. Muchas veces desviada, otras debilitada, pero siempre intentándolo, arrepintiéndose y volviendo a la lucha, a la lucha por el Bien. Y quizás sea que no coincidamos en nuestro concepto del Bien. Aunque también es verdad que me cuesta entender cómo puede surgir un concepto del Bien desde el materialismo.
Pero hablar siempre es bueno. Gracias por la oportunidad.
-- Actualización (por si esto no era ya largo): Imperator ha respondido a este post, y sigue abierto el camino a una discusión tranquila. No quiero monopolizarme ni cansar, por lo que iré volviendo a estos temas poco a poco. Pero quiero agradecerle el esfuerzo de diálogo. Y si alguien más quiere colaborar, es más que bienvenido.
Escrito por Eleder a las 7:54 a. m.
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Libros leídos en 2006
- Festín de Cuervos, de George R. R. Martin
- El Imperio de los Dragones, de Valerio Massimo Manfredi
- La canción de Cazarrabo, de Tad Williams
- La comunidad del discípulo amado, de Raymond E. Brown
- El jardÃn de humo (y otros cuentos de intriga), de G. K. Chesterton
- Tormenta de Espadas, de George R. R. Martin
- El sobrino del mago, de C. S. Lewis
- Choque de Reyes, de George R. R. Martin
- Cuentos Completos II, de Isaac Asimov
- Juego de Tronos, de George R. R. Martin
- La tierra de Canaán, de Isaac Asimov
- La maldición de Chalion, de Lois McMaster Bujold
- Tehanu, de Ursula K. LeGuin
- Harry Potter y el Misterio del Príncipe, de J. K. Rowling
- Trono de Mundo Anillo, de Larry Niven
- Jesús, una biografÃía, de A. Puig
- La esfera y la cruz, de G. K. Chesterton
- La costa más lejana, de Ursula K. LeGuin
- Correr tras el propio sombrero, de G. K. Chesterton
- Mascarada, de Terry Pratchett
- Buenos Presagios, de Terry Pratchett y Neil Gaiman
- Las tumbas de Atuan, de Ursula K. LeGuin
- Un mago de Terramar, de Ursula K. LeGuin
- Dios y el mundo, de J. Ratzinger
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