"Eman ta zabal zazu munduan frutua" ("Gernikako Arbola", de Iparragirre)

30 de noviembre de 2005

Gula

Hablábamos el otro día Eärendil y yo sobre la gula, y nos sorprendía que estuviera considerada como uno de los pecados capitales... ¿Tan grave es?, nos preguntamos.

Y nos respondimos que, quizás, se trata de que no somos lo bastante ricos para poder "ejercer" este pecado en particular con la dedicación suficiente.

Tampoco es que nos importe, ¿eh? Si pecados nos sobran... ¡o por lo menos a mí!

Escrito por Eleder a las 5:08 p. m. | 0 aportaciones

Pequeña selección

Estos días he ido señalando algunos posts de los blogs que leo. Es buen momento para recordarlos.

Dado que sigo sin tratar aquí de Tolkien, con esto mitigo un poco mi culpa: Ens trata en un interesantísimo post el tema de las "despedidas" en el Señor de los Anillos. Curiosa su valoración positiva de las "130 páginas de casi ininterrumpidas despedidas": "Magníficas todas". Normalmente no gustan a la gente, o parecen excesivas. Muchas cosas para pensar en este post.

Un pequeño análisis sobre la última película de Harry Potter, en el blog de una gran amiga. Sí, yo también la he visto ya, y sí, también me ha gustado, y sí, también a la gente de mi alrededor no le gustó. A veces pienso si me estoy volviendo "acrítico" con determinadas películas (¡los simpatizantes de la AAPJ ya decidieron hace tiempo que sí!). Pero otras veces creo, como he leído por ahí últimamente, que hay que recibir las cosas buscando lo bueno; demasiada gente hay que las recibe buscando lo malo. No siempre me funciona, claro.

Y aparte, en el tema Harry Potter, hubo cierta polémica hace un tiempo: al Papa (Cardenal Ratzinger, entonces) no le parecían lecturas adecuadas. Será bueno hablar de esto un día. Pero a mí, lo reconozco, con todos sus defectos e incluso problemas morales, me gustan, por las mismas razones que da Azelaïs. ¿Y vosotros?

Finalmente, de otro gran amigo: ¿Qué sería de la vida sin dragones?. Me quedo, sobre todo, con el final: "En mi caso, estoy absolutamente convencido de que un día estaré paseando por un hayedo en los Pirineos y un Elfo se cruzará a mi lado en el paseo, me saludará y se alejará pisando sin ruido las hojas de otoño, dejándome mirándole callado, asombrado y feliz. Mi cabeza me dice que nunca pasará eso, y mi corazón también. Pero ... a quien le importa lo que digan esos dos, cuando todos sabemos que algún día me cruzaré con ese Elfo, y tanto cabeza como corazón estarán encantados de haberse equivocado tanto?"

Sólo disiento en una cosa: el corazón, en esto, sabe perfectamente que nos encontraremos con ese Elfo. Pero como es educado, sonríe quedamente y calla, para no poner a la cabeza en entredicho. Pero sabe, vaya si sabe.

¿A que leo blogs interesantes?

Escrito por Eleder a las 3:43 p. m. | 0 aportaciones

Respuesta a una respuesta

Imperator es uno de mis lectores; seguramente, además, uno de mis lectores más alejados de mis posiciones y mis creencias. Y ha decidido comentar en su blog mi post "Niños que mueren de hambre".

Imperator es materialista. Cree firmemente que somos un mero producto del azar, que las grandes palabras (amor, fe, lealtad) son sólo productos de nuestras circunstancias psicofísicas. Y además, cree que sostener una creencia en algo trascendente es irracional (bueno, él emplea otros adjetivos algo más... explícitos). Lo entiendo. El materialismo es una actitud plenamente racional y lógica; en sí misma, es totalmente infalsable (no es ironía, de verdad. Creo en serio que lo es. Igual que lo es el solipsismo).

Partiendo de aquí, es normal que la comprensión mutua falle. Tenemos pilares distintos. Por eso Imperator dice cosas como que los sacerdotes son una "clase social no productiva". Reconozco que catalogar a las clases sociales en función de su productividad no es algo que me vaya demasiado. Aunque entiendo que puede ser coherente con cierto materialismo, que discutirá también la productividad de clases sociales como los poetas o los músicos. Y bien mirado, reconozco que tampoco me va mucho hablar aún hoy en día en términos de "clases sociales", pero bueno.

Sí concuerdo, sin embargo, con otras cosas que dice. Que los niños mueren de hambre por nuestros lujos, por ejemplo. Muy cierto. Y que la FAO lleva diciéndolo mucho tiempo. Reconozco que mi frase a este respecto fue errónea e injusta, y pido disculpas por ella.

Por lo que no puedo disculparme es por no estar de acuerdo con que "A lo largo d ela historia la Iglesia ha sido una enorme fuerza por la miseria, la degradación y el sufrimiento en el mundo". Otros tampoco lo están, claro: me remito, por poner un ejemplo sobre el periodo paradigmático de la Edad Media, a LeGoff, famoso medievalista y no creyente, pero que en el artículo que traje hace unas semanas, reconoce cosas como que "Europa debe su cultura a la Iglesia" (y acto seguido, "¡Pero no es necesario ser un ferviente creyente para hablar bien de la Iglesia!").

Imperator, después, entiende que cuando el evangelista menciona "mis pequeños", está hablando de "niños de su pueblo". Puede que aquí haya simplemente un problema de traducción. Otras versiones dicen "lo que hacéis al menor de mis hermanos", "a uno de mis pequeños", "a uno de estos hermanos míos más pequeños"... Entiendo que puede ser cosa de interpretación, pero yo, personalmente, no creo que aquí Jesús se está refiriendo en concreto a niños. Así que no voy a defender algo que no creo.

Pero Imperator se pregunta qué es lo que creo, a raíz de mi frase sobre el hecho de que se nos anime a hacer el bien. Bueno, esto sí lo creo: prefiero hablar con alguien que me ofrezca buenos ejemplos, que no hacerlo con quien me anime a causar daño a otros. Y también otra cosa creo: que soy débil, y muchas veces actúo egoístamente, y que luego me arrepiento. Y que agradezco que alguien me lo recuerde.

No creo que la moral precise directamente de una religión: el Espíritu es más grande que cualquier Iglesia, y el Diablo penetra en cualquier tipo de persona. Sí creo, no obstante, que ayuda tener una guía de moral más que fiarse a una moral autónoma (pero esto tendría mucha enjundia, y será mejor dejarlo para mejor ocasión).

Por último, en lo referente a mi propia guía de moral, reconozco que en los sermones que he escuchado en mis últimas eucaristías, he escuchado varias veces este último año cómo nos animaban a, por ejemplo, acoger a los inmigrantes; y no recuerdo haber oído en un solo sermón que nos hablaran de con quién follar. No sé cómo será el párroco de Imperator, claro; pero quizás a su Biblia le falten unas cuantas páginas, como la de las Bienaventuranzas, por un poner.

En resumen, y en lo que temo será una última decepción: sí, creo en la Iglesia. Y creo que la Iglesia es la mayor institución de la historia dedicada a hacer el Bien. Muchas veces desviada, otras debilitada, pero siempre intentándolo, arrepintiéndose y volviendo a la lucha, a la lucha por el Bien. Y quizás sea que no coincidamos en nuestro concepto del Bien. Aunque también es verdad que me cuesta entender cómo puede surgir un concepto del Bien desde el materialismo.

Pero hablar siempre es bueno. Gracias por la oportunidad.

--
Actualización (por si esto no era ya largo): Imperator ha respondido a este post, y sigue abierto el camino a una discusión tranquila. No quiero monopolizarme ni cansar, por lo que iré volviendo a estos temas poco a poco. Pero quiero agradecerle el esfuerzo de diálogo. Y si alguien más quiere colaborar, es más que bienvenido.

Escrito por Eleder a las 7:54 a. m. | 0 aportaciones

Adveniat

Lo malo de la evolución de las palabras es que, a veces, esconden su significado. "Adviento", por ejemplo. Algunos sabrán que viene del latín; que expresa una parte del año. Quienes hayan estado en misa este domingo sabrán que, en concreto, expresa una parte del año litúrgico: las cuatro semanas anteriores a la Navidad. Incluso, en el ámbito de las curiosidades lingüísticas, algún vascohablante podrá saber que "diciembre", en euskera, se dice "abendu", que viene precisamente de ahí.

Pero todo esto no dice nada de la palabra. Hace falta saber algo de latín para reconocer que "adviento" tiene un significado claro y prístino: "la venida". No sé si sería útil empezar a expresar estos términos en castellano: al menos su sentido quedaría más claro. Pero para eso sirven las glosas, claro. Así que gloso.

Llamarlo "la venida" tendría, en cualquier caso, efectos beneficiosos. Lo primero que alguien podría preguntarse es "¿la venida de quién?". Y eso nos situaría más cerca del significado. Porque los cristianos en Navidad no celebramos la llegada de una fecha, ni de un acontecimiento, ni de un símbolo. Y, aunque creemos que los antiguos que celebraban el ascenso del Sol tenían un importante atisbo de la verdad, lo que celebramos nosotros es otra cosa: la venida de una Persona, como cualquiera de nosotros.

Una Persona que, desde los Vacíos Intemporales (por usar términos tolkienianos), decidió venir a sudar y a trabajar igual que a nosotros. A compartir nuestra suerte. Llegó como lo más indefenso, como un niño, igual que todos. Y se despidió entre gritos de dolor, igual que muchos. Entre medio hizo cosas que han quedado en la memoria y han servido de ejemplo. Y después hizo una última cosa: después de recibir nuestros mismos trabajos, decidió compartir con nosotros Su esperanza.

Vino hace ya unos cuantos años. Y su venida fue el acontecimiento central del mundo, y así la celebramos. Por muchas cosas: pero, una importante, por el cariño que tenemos a esa Persona que vino desde lejos, se quedó con nosotros, hizo el bien, y nos recordó que podíamos confiar: y desde Su venida, ya nunca estamos solos.

Buenas razones para preparar un buen tiempo de Adviento.

Escrito por Eleder a las 7:38 a. m. | 0 aportaciones

27 de noviembre de 2005

Visiones del infierno

Psicobyte es un blogger que está cobrando notoriedad, y al que aprecio, aunque no esté de acuerdo con algunos de sus textos más famosos, que me parecen injustos.

Sin embargo, uno de sus últimos posts me ha parecido especialmente lúcido: El cielo y el infierno. Lectura recomendada, sobre todo su descripción del infierno, más allá de las supuestas intenciones "alegóricas" que pueda tener o no tener (en lo que no entro).

Curiosamente, esto coincidió en el tiempo con una lectura del último libro de Chesterton que he conseguido, El hombre común, donde venía a decir que el liberalismo pretende obtener el paraíso en la tierra a base de promover que cada persona sea lo más egoísta que pueda. Una interesante coincidencia.

Y por último, en la eucaristía de este domingo, el sacerdote nos ha ofrecido el cuento de un general coreano que, tras morir, pide poder ver por un momento cómo es el infierno. Observa que en él hay una larga mesa, llena de platos repletos de arroz, pero que todos los comensales lloran y gritan de hambre y desesperación, porque sólo disponen para comer de unos larguísimos y pesados palillos, con los que no consiguen llevarse ni un bocado a la boca.

Curiosamente, cuando el general llega por fin al cielo, descubre asombrado que en él existe la misma mesa, los mismos platos y los mismos palillos, pero que todos en el cielo ríen alborozados y felices, porque cada comensal, con sus palillos, da de comer al que tiene delante.

No sé si estas descripciones del infierno serán demasiado inocentes e ingenuas; lo que tengo claro es que me parecen más que cargadas de razón.

¡Ah! Y acabamos de entrar en el Adviento. Para un próximo post.

Escrito por Eleder a las 9:53 p. m. | 0 aportaciones

24 de noviembre de 2005

Niños que mueren de hambre

Seis millones de niños mueren de hambre cada año en el mundo


Después de la noticia, algunas reflexiones:

Poner estas noticias se convierte en un tópico recurrente. Decir "Mucho hablar cada vez que sale esto en los periódicos, pero luego no hacemos nada al respecto", también. Prefiero caer en los tópicos, y al menos recordarlo.

Y al menos hay alguien que habla de esto antes de que salga en los periódicos. El domingo pasado la FAO aún no había dicho nada... pero la Iglesia sí:

"Entonces dirán también éstos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?"

Y él entonces les responderá:

"En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo."


Mateo 25:44-45

Y finalmente, esta razón sería, por sí misma, suficiente para ver por qué sigue siendo tan importante la existencia de la Iglesia y de la Misa dominical: porque es, muchas veces, la única ocasión de la semana en la que se nos anima a hacer el bien.

Escrito por Eleder a las 3:29 p. m. | 0 aportaciones

23 de noviembre de 2005

Guardias y periodistas

Ayer se cumplieron 500 años de la creación de la famosa Guardia Suiza del Vaticano. Fue fundada por el papa Julio II en 1505.

En su historia han participado en la defensa de Roma contra el famoso Saqueo provocado por Carlos V, y fueron enviados incluso a lugares tan distantes como Lepanto. Ha dado servicio a 42 pontífices sucesivos. Se trata actualmente del cuerpo militar en activo más antiguo del mundo.

Y ¿cómo titulan este aniversario algunos periódicos?

El Ejército del Papa prohibe el alistamiento de mujeres


¡Viva el periodismo serio!

Escrito por Eleder a las 4:14 p. m. | 0 aportaciones

22 de noviembre de 2005

Occam - 2

Y creo que debo este argumento a Isaac Asimov, aunque no recuerde ahora mismo de qué relato suyo lo saqué...

Una persona entra en un bar. Encuentra una mesa de billar, con sus agujeros, su tapete, todo, las bolas de billar dentro de la mesa, y los palos apoyados contra la pared.

Pregunta al camarero: "¿Cómo llegaron las bolas ahí dentro?".

El camarero le explica: "Hay dos opciones. Según una de ellas, dos personas aparecieron, colocaron todas las bolas menos una formando un triángulo; la restante la colocaron en el extremo opuesto de la mesa, y comenzaron a golpearla con estos palos de aquí. Empujaron a todas las bolas, siguiendo un conjunto de reglas estrictas, haciéndolas chocar unas con otras, introduciéndolas así una a una en los agujeros, y turnándose en el golpeo según se desarrollaba el juego."

"Y tiene una segunda opción: las bolas han estado ahí siempre".

Quizás Occam no jugara al billar. Porque esta segunda opción es obviamente preferible para descifrar el misterio de las bolas de billar. Es lógica, simple, y requiere muchísimos menos elementos. Su único problema... es que no es la verdad.

En conclusión, que el Principio de Occam, siendo un buen instrumento en determinadas ocasiones... no puede esgrimirse siempre como argumento de autoridad.

Y de hecho, al fin y al cabo... a Occam jamás se le habría ocurrido utilizar su propio Principio para postular la no existencia de Dios. Básicamente, porque era fraile franciscano. Esas paradojas de la historia...

Escrito por Eleder a las 10:57 a. m. | 0 aportaciones

20 de noviembre de 2005

Cristo Rey




Éste es nuestro Dios. El Rey del Mundo.

Nos gobierna desde su trono de heridas infectadas, de llagas producidas por látigos, y quizás hasta se vean aún las marcas de los escupitajos. El letrero de arriba, el de "Jesucristo, Rey de los Judíos", está puesto por mofa, no os creáis. Y lo siguiente que pasó es que se murió.

Ehm...

La verdad es que entiendo que los foráneos miren a este Dios y este Rey con una mueca de educada pero a la vez comprensible perplejidad.

"¿Y dices que eres Rey?", dicen que le preguntó Pilatos. No, la verdad es que no me sorprende su incredulidad; esta incredulidad.

Cuando este mundo, claramente, lo dominan los poderosos, los ricos, los guapos y los triunfadores... creer que el Rey del Mundo es ese ser que está ahí, colgado como una piltrafa, y que no va a durar ni cuatro días... sí, entiendo que es difícil creer eso.

Pero es que morir fue lo siguiente que hizo. No lo último.

Lo último fue resucitar.

Y dar sentido al mundo, y esperanza a todos los que sufren.

Jesús, me inclino hoy con toda humildad ante ti, mi Rey, mi Señor, el Señor de todo. Porque eres el único Rey que merece la pena obedecer.

Escrito por Eleder a las 3:34 p. m. | 0 aportaciones

18 de noviembre de 2005

Occam - 1

Existe un postulado muy utilizado en círculos científicos: se conoce como la "navaja de Occam". Se define con la siguiente frase: entia non sunt multiplicanda sine necesitate. Se suele interpretar como en igualdad de condiciones, la solución más sencilla es probablemente la correcta. También se conoce como el principio de la pluralidad innecesaria. Su nombre se debe a Guillermo de Occam, filósofo nominalista oxoniano del siglo XIV.

La "navaja de Occam" se ha utilizado, en discusiones de escépticos, como un argumento contra la existencia de Dios. Según ellos, la creación puede explicarse postulando la existencia de un Ser Supremo, o la simple conservación eterna de la materia. El principio de Occam nos llevaría a preferir la segunda explicación a la primera. ¿Para qué sacarnos de la manga un Creador eterno, invisible y todopoderoso, cuando tenemos al lado una explicación mucho más simple e igualmente efectiva?

Sin embargo, que una explicación sea más probable, ¿quiere decir que tenga que ser cierta? Lo veremos... en el próximo post.

Escrito por Eleder a las 10:27 p. m. | 0 aportaciones

16 de noviembre de 2005

Desde el Vaticano

Llevo suscrito un tiempo al interesantísimo boletín del Vatican Information Service (VIS). Este boletín permite estar al día de forma directa de las más importantes novedades que ocurren en la Santa Sede. Mucho mejor que seguir estas noticias desde El Mundo o El País, desde luego.

Leo hoy, pues, la noticia del recibimiento de Benedicto XVI al nuevo embajador estadounidense en el Vaticano. Algunos extractos de la noticia:

  • El Santo Padre señala "la intrínseca dimensión ética de toda decisión política"

  • Con el Concilio Vaticano II, recuerda que "la misión religiosa universal de la Iglesia no le permite identificarse en particular con un sistema político, económico o social", aunque "al mismo tiempo esa misión es de alguna manera fuente de compromiso, guía y fortaleza"

  • Piensa especialmente "en el efecto aplastante de la deuda externa que alimenta la espiral de la pobreza en tantas naciones en desarrollo"

Palabras más que acertadas, teniendo en cuenta ciertas situaciones actuales... tanto allí como aquí (y seguramente cada uno podrá poner el "aquí" que prefiera).

Escrito por Eleder a las 6:00 p. m. | 0 aportaciones

15 de noviembre de 2005

El martillo


Imaginad un martillo.

Bueno, para ayudaros a imaginarlo, pongo una foto. Ahí está: su mango de madera, su metálica cabeza, una parte roma, la otra con una especie de punta, a veces con dos... ¿Va bien? Vale.

Ahora imaginad que no existen los clavos. Que no sabéis lo que es clavar. Que es la primera vez que veis ese artefacto. Extrañadlo por un momento, pensad en él como un objeto desconocido.

Os habéis encontrado esa extraña cosa en una mesa. No sabéis qué es, ni para qué sirve. Lo tomáis con una mano, lo sopesáis, lo miráis al derecho y al revés... Y os dais cuenta de que es, realmente, algo informe. ¿Qué utilidad puede tener? Tosco y basto en su estructura, nada equilibrado en su forma, poco estético... No vale ni para la cocina, ni para adornar... Curiosa cosa.

Y, preguntando a vuestros amigos, unos piensan que, por su peso, se puede usar de pisapapeles. Otros lo utilizan para mantener puertas abiertas. Algunos, incluso, deciden utilizarlo como arma.

Es algo absurdo: casi os habéis decidido a tirarlo, como cosa prácticamente inservible... hasta que, de pronto, alguien os enseña un clavo.

Y toda la aparente absurdidez de la forma del martillo cobra completo sentido: es algo útil, insustituible, de hecho; muy necesario en ocasiones, y, sobre todo, perfectamente adecuado para su finalidad.

Pensando esto, pensaba en el ser humano. Tosco. Frágil. Inexplicable. Absurdo, las más de las veces... cuando no se conoce, o se reconoce, su finalidad, su objetivo, la razón por la que está hecho. Algunos piensan en que tanto da mantenerlo vivo que hacerlo desaparecer; otros creen que basta con que siga viviendo, aunque sea en una existencia sin razón; otros intentan que haga "cosas útiles", sin saber para quién ni para qué lo son: algunos, finalmente, lo usan como arma.

Pero una vez se conoce, o al menos se vislumbra, su finalidad y su razón de ser... de repente, todo cobra sentido. Y el ser humano es un objeto absolutamente maravilloso, perfecto para su objetivo. Que se puede usar bien y mal, claro, pero cuya forma es totalmente adecuada a su fin.

El martillo tiene una forma que sólo encuentra sentido en el clavar. El ser humano, sólo en el amar. Es normal que parezca un algo absurdo cuando no se entiende para qué ha sido hecho.

Escrito por Eleder a las 12:39 a. m. | 0 aportaciones

14 de noviembre de 2005

Robar es malo

Robar es malo.

Sí..

Entonces, ¿por qué siento tantas ganas de robar ESTO?

Escrito por Eleder a las 7:55 p. m. | 0 aportaciones

Amigos colombianos

Un post de bienvenida y de agradecimiento.

Agradecimiento a Rodrigo Restrepo, articulista de la revista colombiana Semana, que en su versión online ha tenido a bien mencionarme en este artículo sobre "Dios y los blogs". Junto a la mención de hace unas semanas en ForumLibertas, este pequeño Roble empieza a dar que hablar en los papeles: honor tan inesperado como sinceramente agradecido.

Y dado que esta mención ha servido para recibir unos cuantos cientos de visitas de la tierra colombiana, en la que ya tenía algunos amigos, mi agradecimiento y mi bienvenida también a ellos.

Y ¡qué decir! Que ahora tendré que tomar aún más en serio la advertencia de CS Lewis sobre el pecado del orgullo... del que, de hecho, ya había estado pensando este fin de semana a raíz de la película que nos pusieron en un autobús: Pactar con el diablo. Muy recomendable. Se me ocurre que Al Pacino haría un gran Escrutopo en una hipotética película de Cartas del diablo a su sobrino... Ehm... me disperso.

En resumen, que muchas gracias.

Escrito por Eleder a las 4:15 p. m. | 0 aportaciones

10 de noviembre de 2005

Como Agustín

Decía San Agustín en sus Confesiones que de joven pedía:

Señor, dame la gracia de la castidad... ¡pero no todavía!

Sigh.

Escrito por Eleder a las 1:05 a. m. | 0 aportaciones

9 de noviembre de 2005

Salir al monte

Un post de hoy de Hernán sobre Totoro (película japonesa de Miyazaki) me ha llamado la atención (inciso: reconozco que no he visto nada de Miyazaki aún. El cine y yo seguimos algo peleados. Pero es que me lo guardo para, en los días de penumbra, recordar que aún me quedan muchas maravillas por conocer... ¿cuela?).

Cita el comentario de un fan, que dice:

eí alguna vez que Miyazaki hizo Totoro con la esperanza de que alentaría a los niños a salir al aire libre, a juntar bellotas, a explorar árboles... Para su decepción, halló que los niños se quedaban en casa ... mirando Totoro.


Creo que los fans de Tolkien deberíamos aprender mucho de este comentario. Y no porque Tolkien fuera especialmente "montañero", pero... algo para pensar hay ahí.

Escrito por Eleder a las 12:31 p. m. | 0 aportaciones

4 de noviembre de 2005

"Hablábamos de etimologías, Arien y yo / en un bar de Callao"

Hay temas peores de los que hablar, ¿no?

Por ejemplo, es interesante saber que "leer" viene de legere, que significaba "recoger, reunir, amontonar" (y de ahí "recolectar"); que "libro" viene de liber, que era "corteza de árbol"; que "aprender" viene, claro, de "aprehender" ("coger, apoderarse de"... ¡y de ahí "aprensión"!), o que "estudio" significa "afán, pasión"...

...y es también interesante, después de una tarde hablando de ello, encontrarte con este post de Yo vine para preguntar, tratando precisamente el mismo tema.

¡Lo que son las casualidades!

Y de paso: me traje por fin mi Diccionario etimológico latino-español. Interesantísimo, para quien quiera aprender en serio sobre el verdadero origen de nuestros términos.

(Y la referencia del título viene de aquí, por cierto)

Escrito por Eleder a las 11:17 p. m. | 0 aportaciones

"Pa quererse no hay que verse"

He escuchado uno de estos días esta frase en el autobús... y reconozco que me encantó.

En su sencillez, nos habla de la resistencia del amor terrenal: no hace falta verse, no es necesario verse o estar cerca para quererse; el verdadero amor resiste a la distancia, no necesita de estímulos físicos constantes para mantenerse, sobrevive a la oscuridad.

Y, como todo lo referente al amor terrenal, nos habla también del otro Amor, de la Fe: querer a Dios significa confiar en Él y abandonarse en Él incluso sin verle, incluso en los tiempos de tinieblas o en los momentos en que creemos estar a solas; incluso cuando hablamos y no nos parece recibir respuesta... Podemos quererle sin verle, porque, a fin de cuentas, eso es el Amor, el terrenal y el espiritual: fe ciega, a pesar de los contratiempos.

Una frase preciosa.

Y no le quita nada de belleza el hecho de que, unos minutos después, me diera cuenta de que era posible, sólo posible pero ciertamente posible, que la interpretación adecuada de la frase fuera más bien "para quererse lo mejor es no verse, porque si te ves normalmente la cosa se fastidia".

Y bueno, hasta de las mentiras se sacan enseñanzas, ¿no? (carraspeo)

Escrito por Eleder a las 2:15 a. m. | 0 aportaciones

2 de noviembre de 2005

Mala suerte

Es un pensamiento que me asalta con bastante frecuencia: "jo, qué mala suerte..." "si tan solo hubiera pasado que..." "qué bueno sería si...".

Siempre he encontrado argumentos contra este tipo de pensamientos; normalmente estos argumentos son del tipo de "otros están peor", "no puedes quejarte", etc.; tan ciertos e incontrovertibles como poco efectivos, la verdad.

Pero hoy he pensado que a estas situaciones se les puede aplicar precisamente cierta frase de Gandalf sobre la que ya había pensado mucho, pero que nunca había llegado a interpretar de esta manera tan "personal"... y la verdad es que da que pensar:

Todo lo que podemos decidir es qué hacer con el tiempo que nos ha sido dado.

Poco más.

Escrito por Eleder a las 4:31 p. m. | 0 aportaciones

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¡Muchas gracias a Dan Solo por el diseño!